«Vale que la felicidad no la puedes comprar, pero puedes salir a correr que es prácticamente lo mismo». (Anónimo)
Mi penúltima conversación con Danny Berunner (voy a llamarle por su nombre de corredor guerrero y aguerrido) es lejana. De antes del verano. Nos encontramos en la puerta de su trabajo. Y, contra la práctica habitual, no sonreía.
– «Ximo, nano, tengo una molestia aquí (se tocaba el pecho) que no me deja respirar bien. Y cuando corro me ahogo. Ya llevo unos días parado».
Todo puede ser cualquier cosa cuando no sabes origen ni destino de los problemas. Otro día leí en su muro de Facebook que el médico le había diagnosticado una faringitis traqueal. Suena a constipado de los difíciles. Y lógicamente, nunca, nunca, piensas en negativo. Pura practicidad. Ahí quedó la cosa. Él con su sensaciones raras, yo con mis historias.
Como te contaba en la entrada anterior, el primer fin de semana de octubre celebro mi vuelta a la vida, un pseudorenacimiento, compitiendo en alguna carrera corta por la ciudad de Valencia. Y aquí me puedes ver, poco después de tomar la salida, junto al gran Tomás Puchalt.

Y Tomás me puso al día. Danny reaparecía en una carrera. Allí estaba, de negro, corriendo unos pocos metros por delante de nosotros. Volvía a calzarse las zapatillas después de 6 meses.
Ha estado enfermo y bien enfermo. Aquella molestia, aquel dolor desconocido acabó teniendo identidad, nombre y posibles consecuencias. Era un bulto, un jodido bulto, un bulto malote. De esos que se combaten con todo. Misil tierra-aire, gas mostaza o, si hace falta, una bomba atómica.
El ‘pepino’ radioactivo ha debido ser certero porque Danny vuelve a tener el tipín de siempre. Ahora luce un rapado capilar como todo buen corredor de fondo que, sinceramente, yo creo le queda muy bien. Y, sobre todo, hace deporte otra vez. Un ratito corriendo, otro ratito andando, de tranqui total. Por supuesto, con un ánimo excelente, con ganas, con alegría y montando ‘bulla’, como siempre hacía, como vuelve a hacer.
Danny Berunner es miembro fundador del ‘furgón de cola’ de las carreras valencianas. Gormando de los auténticos y maratoniano en varias ocasiones. Ha corrido de Behobia a San Sebastían con txapela. Es capaz de hacernos entonar la canción de Bob Esponja mientras acompaña al práctico de 2h15′ en el medio de la ciudad. Y capaz también de lanzar un buen piropo a una chica y un comentario cachondo para el resto de mortales. Y siempre, siempre, con lo que aquel día de nuestra penúltima conversación no mostraba, una sonrisa.
El 5 de octubre compartí los primeros 4km de la V Volta a Peu de les Falles de Valencia, con Danny y todos sus amigos. Falté al final. Tenía prisa y no pude estar en el paso bajo el arco. Su nueva meta, otra victoria.

Todas las pruebas tienen historias ocultas que solo algunos conocen y de las cuales otros nos acabamos enterando. Yo, he sido de los segundos. Y esta es mi indiscreción. Disculpa Danny.

A veces, la gracia de una carrera no es ganarla o completarla en menos tiempo. A veces la meta es, simplemente, poder estar.
Lamentablemente, la alegría no fue muy duradera. Danny Berunner, Daniel Lacruz, fallecía en Valencia el 12 de junio de 2015.
Descansa en paz, amigo. Y disfruta de tu próxima carrera.
Soy corredor popular, como otros, como tantos…..conocía a Danny exclusivamente a través del foro que, hubo un tiempo, frecuentábamos todos. Incluso llegamos a tener algún pequeño pique sin mayores consecuencias. Me lo crucé en más de una ocasión en alguna que otra carrera, pero jamás me atreví a dirigirle la palabra, más que nada por mi timidez. Me enteré el pasado sábado, por pura casualidad, de lo sucedido. Lo siento profundamente, de verdad. Y sólo pido un recuerdo, un gesto (a poder ser una sonrisa) con la que poder homenajearle. Allá donde estés, aunque sea algo tarde, un saludo Danny. Y a los que quedáis todavía por aquí, un fortísimo abrazo.
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Gracias Carlos por tu visita, por tu mensaje y por tu recuerdo. Se han hecho varios homenajes. Por parte de corredores populares anónimos, desde la organización de 15K o en la VP del Llevant UE.
Aquel día perdiste una gran ocasión de conocer personalmente a una persona buena. 🙂
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Qué bien escribes, jodido.
Danny tiene mucha suerte por estar y por amigos como tú.
Un abrazo para los dos.
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Gracias Macarena. Estas son historias que, seguro, existirán en cualquier carrera de cualquier lugar. Pero si la gente corre muy rápido… es imposible que pueda enterarse.
Deja de decirme piropos que me pongo rojo… 😉
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