Todo lo que vas a leer son hechos reales. Sucedieron en 2011, en noviembre. Antes, el gran Novatillo propuso: «Vente a correr la Behobia». Y si él dice que vaya, ¿por qué no probar? Y allí aparecí, sin casi saber en qué carrera me metía, para completar 20 kilómetros espectaculares alentado por un grito: «Aupa neska!». O eso creía yo. 

«No hay una segunda oportunidad de dar una primera buena impresión». (Oscar Wilde)

Si alguna vez preguntas cuáles son mis dos carreras preferidas, contestaré rápido: la San Silvestre Vallecana (he disputado 5) y la Behobia-San Sebastián (2011 y 2014).

2011

Te puedo contar a qué olía aquel vagón del Euskotren atestado de atletas (a Reflex) cuyo destino era la estación de Irún Ficoba. De cómo me sorprendió la perfecta logística de la carrera. De un bus lanzadera al cual subes en España y, a través de Francia, te devuelve a España para tomar la salida. De ver corredores. Y más corredores. Y muchos más corredores. Y de cómo esperé, pacientemente, dos horas para empezar.

Recuerdo, al inicio, una pequeña subida. Creo que aquello todavía era Irún. Allí donde mirabas había cientos de participantes y cientos de personas aplaudiendo, gritando, animando:

– «Oso ondo. Aupa neska! Vamos. Aupa!».

Recuerdo,… sí, perfectamente, una pequeña conversación en esos kilómetros iniciales:

– «Valenciano, ¿qué calorcito hace?».

– «¿Calor? Calor es correr a 40 grados un 23 de agosto. ¡Esto es una maravilla!».

Y otros gritos, de otra gente. A ambos lados de la carretera:

– «Vamos txapeldun! Oso ondo. Aupa neska! Venga! Aupa!».

Y recuerdo pensar: «Gracias, gracias. Caray, qué maja es toda esta peña».

Recuerdo la subida de Gaintxurizketa. Dos kilómetros y pico en plena autovía. Y gente animando. Sin parar. Y mucho «aupa» y mucho «txapeldun» y mucho «aupa neska». Y un ascenso que no se acaba nunca.

Recuerdo, como si fuese ahora mismo, el pringue, la pasta que se crea en los avituallamientos con los vasos de los miles de corredores que ya han pasado por allí.

Recuerdo, una bandera pirata, a la derecha, en plenos toboganes de Lezo. Y música. Buena música. Y recuerdo el paso por el puerto de Pasaia. Y un coche solitario, con un altavoz enorme y  el cartel del kilómetro 15. Y más música.

Y recuerdo llegar a la última subida, la del Alto de Miracruz. Y volver a escuchar:

– «Aupa neska! Oso ondo. ¡Vamos!, ya no queda nada».

Y recuerdo sacar del bolsillo del pantalón un pequeño móvil. Y, en plena rampa, corriendo, ponerme a escribir…

 

(Unos kilómetros más adelante. En el Puente del Kursaal)

Novatillo ya hace un tiempo que ha llegado a meta. Un bip bip acompañado de vibración retumba en su teléfono. Saca el aparato y mira la pantalla: «Mensaje de Ximo». Y piensa:

– «Este tío ya se ha retirado… porque si no, ¿para qué me escribe?».

 

(Sigue la narración en primera persona hecha por el propio Novatillo)

– «Abrí el mensaje y vi la pregunta: <q quiere decir aupa neska?>».

– «Y pensé: ‘Este se lo está pasando como un enano y cree que todo el mundo le anima a él. Pobre, no tiene ni idea de que ningún grito… va para él».

 

En mi total ignorancia, creyéndome centro de los ánimos de los muchos presentes, acabé apareciendo por aquel puente.

Para, posteriormente, llegar a meta sin alardes, sin exhibiciones innecesarias, con dignidad y con solvencia. Como siempre intenta este Tractor de La Pobla.

2014

El domingo, 9 de noviembre, volví a disputar una de mis pruebas preferidas. Novatillo sabe resumirlo perfectamente:

– «Esta carrera es cara, fea y todo lo que tú quieras. Pero solo por la animación es la mejor de España».

Si en alguna otra edición estás en un lateral, y ves la camiseta de Es Posible dame un grito. El que sea. «¡Vamos Joaquín!», «¡vamos Ximo!», «aupa txapeldun!» e, incluso un «aupa neska!».

Ya sabes que para mi,… todo sirve.

*«Aupa neska!» (¡vamos chica!, ¡aúpa chavala! o ¡ánimo chica!),  «txapeldun» (campeón), «oso ondo» (¡muy bien!)