Un día cualquiera olvidas cerrar el armario donde guardas el material con el que practicas este deporte. Y alguien, una esposa, un novio, una hermana, un padre, una hija o un amigo, da igual, se queda atónito mirando lo que hay dentro. Tras la cara de sorpresa llega una pregunta: ¿utilizas todo eso para… correr?
«Ir rápido en la dirección equivocada te aleja de tu meta». (@gabrielroar)
A la pregunta, es mi caso particular, sigue una ‘invitación’ a ‘mejorar el aspecto interior del mueble’. Es decir, en español, una orden, un contundente: «¡Haz el favor de arreglar ese armario!». Y así me encuentro, en pleno inventario.
Recuento actualizado a 16 de septiembre de 2015, a las 10 horas.

- 55 camisetas.
- 10 pares de calcetines.
- 7 pares de zapatillas (dos de ellos ya sin uso deportivo).
- 4 gorras.
- 3 pantalones cortos.
- 3 mallas cortas.
- 3 camisetas térmicas.
- 2 mallas pirata.
- 2 mallas largas.
- 2 cortavientos.
- 2 cinturones portabidones.
- 2 pares de medias compresivas.
- 2 bragas para el cuello.
- 1 chubasquero.
- 1 cinturón portadorsales.
- 1 juego de cordones de repuesto.
- 1 par de manguitos.
- 1 tobillera.
- 1 cinturón portaobjetos.
- 1 mochila camelbak.
- 1 reloj con GPS.
- 1 reloj sin GPS pero con pulsómetro.
- 1 gorro fino.
- 1 gorro grueso.
- 1 par de guantes.
- 1 brazalete reflectante.
- 1 frontal.
- 1 chip personal.
- Además: geles, barritas energéticas, bebidas pre y post entrenamiento o carrera, un gel frío no comestible, para recuperar la musculatura tras el ejercicio.
- Y… 1 acompañante.
Sí, Sanfer es mi acompañante y protector. (Foto de @ximotamarit)
Entonces, la pregunta se reformula pero con un sentido idéntico al anterior: «¿Es necesario tanto material para,… simplemente correr?». No, respuesta lógica. Pero, ¿conoces algún novato que no salga a la calle perfectamente uniformado?
Y ni siquiera hace falta gastar el dinero propio. En los últimos años, el regalo más fácil, socorrido y aceptado por un atleta popular es cualquier cosa de la lista anterior.
Queda nada para la llegada, primero de Papa Noel y, poco después, de los Reyes Magos. Preparad el armario. Yo, mientras, continuo ordenando el mío.
Frase textual de la jefa: «Pedirte que ordenes el armario es como pedírselo a un sordo» (con todo el respeto).
¡Vaya paciencia para hacer ese inventario! Seguramente no utilizamos para correr todo lo que tenemos, pero son nuestros tesoros, nos hacen felices y deben estar ahí. De lo único que me desprendo (dono) es de las camisetas de las carreras, lo demás tarde o temprano lo termino utilizando.
Algo nuevo ya has aprendido, ¡que la puerta del armario de un runner debe permanecer eternamente cerrada!
Un saludo,
María
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¡Siempre María! Siempre cerrada… Gracias por pasarte por aquí.
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Parte positiva de ordenar el armario : el inventario que has hecho. Has conseguido que ciertas personas se planteen donar sus camisetas, porque ser agradecido no está de mas. También se pueden reciclar para limpiar….
Te ha faltado pegarte una vuelta por internet y conocer las formas de organizar los armarios….¡todo un mundo! Yo he visto cosas que no sabían ni para que podían servir.
Bueno, ya sabemos que pedirte a los reyes magos: cajas organizadoras.
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Ana puede decirte que soy un tipo muy, muy organizado… 😛 Por eso se casó conmigo.
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Pobre Ana, lo que tiene que aguantar. ¿Ya tiene hueco ella para sus cosas?
P.D: Cuando termines, pásate por el mío 😉
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Ella tiene más armario que yo… Yo sí tengo que aguantar, sí.
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Creo que te has equivocado y estas ordenando mi armario jajjajajajja me siento identificada. Hasta tengo dos pares de compresores y el brazalete reflectante!!! Añade unos cuantos tops deportivos, una muñequera para las llaves, varias cintas de las que tapan las orejas y una falda de running monísima XD
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¿Una falda de running? ¡Eso si que no lo vi jamás! ¿Existe?
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Calla, calla…¿Y dónde donas las camisetas? porque me va a estallar el cajón a mi también…Y mira que son feas, oye.
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Pues verás, encontré la solución en Pamplona, a 500 kilómetros de casa. Allí puedes donarlas a Cruz Roja. Siempre hay solución. 😉
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No sé, se me hace todo como conocido
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No dudo que te pasará similar… o peor. 😉
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Conozco una cura buenísima para el mal que te acecha compañero… vivir en una casa pequeña.
Todas esas cifras se van subdividiendo porque por ejemplo lo de las 52 camisetas y los 8 pares de zapatillas…. no tiene nombre.
Ni romanticismos ni leches, lo que no se usa, se dona, se regala, se tira o lo que corresponda y… ¡¡que pase el siguiente!!
En cualquier caso me flipa que sólo tengas un chubasquero jajajaja
¡¡qué bien vivís en Valencia, golfos!!
salut
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Vivo en una casa grande, ya regalé (tú fuiste el transportista) varias camisetas, el amor a las zapatillas no tiene nombre y sí, con un chubasquero sobra. Aquí no llueve CASI nunca.
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Jejejeje, gran verdad, o mejor dicho, grandes verdades, ya que ni hace falta tanto para correr ni hay quien se resista a llevar todo esto puesto 😉
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En la justa medida está la virtud. La parte difícil es conseguirla.
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