Y el tiempo ha pasado. Parecía que muy despacio. Pero no. Ha pasado y ha pasado volando. Y llegó el día. Y llegó la prueba definitiva. Y llegó el maratón. Y, si de aquí al domingo no se tuerce nada, el Tractor de La Pobla estará en la salida. Si no se tuerce nada…
«Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea». (Segunda acepción de la palabra miedo, en el diccionario de la RAE).

Porque sí, de verdad, tengo miedo:
- A constiparme durante los días que quedan para tomar la salida.
- A ‘pillar’ un virus estomacal, entre hoy y el domingo.
- A no poder descansar bien la noche anterior.
- A que me siente mal el desayuno.
- Al frío.
- Al número de dorsal que llevaré. El 13.227. Feísimo.
Tuit con el número de dorsal que me ha tocado. (Foto de @ximotamarit) - A no poder mear antes de tomar la salida.
- A llegar a la salida corto de kilómetros por haber entrenado poco.
- A llegar a la salida pasado de kilómetros por haber entrenado demasiado.
- A equivocarme en la elección del ritmo de carrera.
- A que se me bloquee el cronómetro y pierda todas las referencias. (Ya me ha pasado).
- A deshidratarme.
- Al dolor que tengo en la rodilla izquierda.
- A esos pinchazos que noto en el abductor de la pierna izquierda.
- Al puñetero dolor en la uña del segundo dedo del pie izquierdo.
- A ese mismo dolor, en ese mismo dedo pero en el otro pie.
- A la molestia que tengo en el gemelo derecho.
- A estamparme contra el muro, esté dónde esté.
- A acalambrarme cuando recorra los últimos kilómetros.
- A llegar andando a meta.
- A no llegar.
Correcto. Vivo en un estado hipocondríaco. 21 miedos, medio maratón. Todo por no utilizar otra palabra más expresiva: acojonado.
Hasta que a quien esto escribe le da por tuitear. Y recibe la siguiente respuesta:

¡42! Llevo la distancia en el dorsal. Es el destino. ¡Gracias Franky!

Mente positiva. Ganas, actitud y aptitud. Ritmo, paciencia y constancia. Tranquilidad. En todo esto se resume el asalto a mi primer maratón.
Y el miedo se ha convertido, simplemente,… en respeto a la distancia. 42 kilómetros y 195 metros. Un trocito del planeta.