Donde se cuentan nuevas desventuras de este Tractor de La Pobla. Muchas veces quiere y no puede. Siempre hay un buen motivo. Otras puede pero… no quiere. Y siempre, también, hay un pretexto.  Son las excusas de un corredor paquete. 

«Motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión». (Segunda acepción de la palabra excusa en el diccionario de la RAE)

Situémonos, tú y yo, en pleno entrenamiento. Vamos de ‘tranquis’. A 7′ el kilómetro. (No, no andamos. Corremos, trotamos, llámalo como quieras. Aquí, en este Garaje, se ‘rueda’ a ese ritmo). Y, de repente, entre gestos de dolor y maledicencias… me detengo.

– «¿Por qué te has parado?». – Preguntarías tú con curiosidad curiosa.

– «No lo se,…».

Si la explicación empieza con un, «No lo se», es una excusa mala. Seguro. Después seguirá alguna de las siguientes:

1. Estoy cansado. He corrido muy rápido en los primeros kilómetros.
2. No consigo coger el ritmo de la respiración.
3. Tengo flato.
4. Me duele aquí (señala una parte cualquiera del cuerpo), paro por precaución.
5. No voy cómodo con estos calcetines.
6. Estas zapatillas no amortiguan bien. Se han endurecido y me duelen los pies.
7. Hemos salido muy tarde. Hace demasiado frío.
8. Hemos salido muy tarde. Hace demasiado calor.
9. Me he puesto mucha ropa.
10. Cagontó, se acaba la batería del GPS.

También puedo aportarte algunas excusas para ni siquiera salir a entrenar:

1. Estoy gordo (depresión).
2. He dormido mal. Tengo dolor en la espalda.
3. No me ha sentado bien la comida. ¡Qué mala digestión, qué pesadez!
4. ¡Uf! ¡Qué despiste! Si yo quería salir a correr hace una hora…
5. En 45 minutos comienza el partido. Entre que me cambio, salgo, vuelvo y me ducho… no, no me da tiempo.
6. Está lloviendo.
7. Hoy no, mañana seguro.
8. No he oído el despertador. (Ni lo has puesto).

Todas las que has leído son mías. Excusas de cosecha propia. Testadas y utilizadas por este corredor paquete.

Y tú, ¿qué dices o haces para no correr?